A QUE NO ME QUEMA

Ayer hizo demasiada calor. Y más todavía en el Callao. Un indicador me decía que ya estábamos en 27° C. Aún así no sé qué pasó por mi cabeza para atreverme a ir a la playa de La Punta armado solo con una gorrita; sin sombrilla, toalla o bloqueador. Obviamente no entré al mar, y al llevar zapatillas tampoco me animé a mojarme los pies, pero el sol hizo su efecto sobre mí y ahora estoy así.


Como ya lo dije en alguna ocasión anterior, a mí me desagrada terriblemente el sol. No lo soporto. Por mí me iría a un sitio donde nunca saliera. Si pudiera volar, sería al revés que los pájaros: migraría de invierno en invierno, buscando siempre el frío. Por algo nací en Julio, uno de los meses más fríos del año en esta región. Por algo me gusta sentir el frío y tener la ventana abierta en invierno.

No me bronceaba así desde cuando era niño y tenía la poca inteligencia y el poco pudor de ir y revolcarme a la playa y meterme al mar sin piedad y terminar rojo como un camarón para que en la noche no pueda dormir pues la espalda me ardía tanto que lloraba al echarme sobre la cama. Ahora no tengo ni la inocencia ni el cuerpo de aquel entonces para ir a la playa como aquellos tiempos.

Por ello tampoco me agrada la playa. Es la combinación del calor y la insolación. El horror. Prueba de ello es que aparte de mis brazos, cabeza y cuello, el resto de mi cuerpo no ve el sol desde tiempos inmemoriales. Si me quitara la ropa parecería un fósforo con el cuerpo blanco y la cabeza negra [aunque en realidad sería un super size fósforo] Y espero seguir manteniendo ese récord.

Menos mal pude dormir tranquilo anoche. Pero hoy por la mañana la piel me ardía al contacto con mis manos. Al menos creo que una ventaja sería que ahora puedo salir sin estar preocupándome por quemarme. No creo que pueda a llegar a broncearme más de lo que ya estoy. ¿Algún consejo de la abuela para regresar a mi estado anterior más rápido sin esperar a que me ‘aclare’ solito?

Y todo esto por acompañar a la familia que vino de viaje y que querían que les haga un tour por la ciudad. No sé cómo lograron convencerme de salir con este horrible verano. Ya comprobé que no soy bueno para decirle ‘no’ a una mujer. Y menos a alguna de mis primas. Por eso es que ahora estoy negro, estoy bronz. Bueno, acorde con el momento, seré parte de la moda Obama entonces.