¡AY! LA MODERNIDAD

Ayer unos ruidos de combazos me despertaron a la inmisericorde hora de las 9 de la madrugada. ¿De dónde provenían tales ruidos que osaban interrumpir mi profundo sueño? Pues nada menos que del terreno al lado de mi casa. ¿Por qué empezaron a destruir lo que quedaba de casa en ese terreno? Para dar paso a la modernidad y empezar la construcción de un monstruo de concreto.

Para empezar, no tenemos vecinos. Desde que llegamos a este barrio y nos instalamos en esta casa, no habremos tenido más de cinco. La ‘estratégica’ posición de la casa, con un terreno vacío, una almacenera, una casa casi deshabitada y una playa de estacionamiento, convergían alrededor para que estemos aislados del resto de casas del barrio. Con el paso del tiempo poco cambiaría.

El terreno vacío es ahora un depósito de materiales de construcción [¿?], la almacenera es ahora un cuasi mercado, la casa de al frente sigue igual y la playa de estacionamiento es la que dará paso al nuevo edificio de viviendas que se planea construir ahora. ¿Edificio de cinco pisos? No. ¿De seis? Tampoco. ¿De siete? Menos. Una mole de ocho pisos vendrá a escondernos aún más del resto.

El primer problema que vendrá será cuando quieran hacer el sótano o semi sótano planeado para que los nuevos vecinos guarden sus autos allí. ¿Se imaginan el gigantesco hueco que harán al lado de mi casa? Así, literalmente al lado, nada que unos metritos más allá. Un señor hueco. Dios no quiera que una mañana amanezca dentro de él después que se derrumbe toda la cuestión. Toquen madera.

El segundo problema será el ruido, movimiento, temblores, suciedad y todo lo que viene junto a una construcción de tal tamaño. Ya me veo saltando cada cinco minutos por los temblores que ocasione la excavadora al hacer el sótano, o despertándome con los cláxones de los camiones que lleguen temprano o en la madrugada si trabajan de noche. Nota mental: comprar tapones para los oídos.

Y el tercer problema es que me van a quitar el cielo. Sí, así literalmente me lo van a quitar, pues la única ventana de mi habitación tiene una vista del cielo sobre este terreno, y con la construcción del edificio no podré volver a verlo en las mañanas para ver si ya amaneció, ni tampoco en las tardes, ni en las noches, ni nada. Creo que voy a tomarle fotos y pegarlas en la ventana para no olvidarlo.

Estos problemas son pensando en lo que vendrá en el futuro. Cuando empiece la construcción o ya estén a mitad de ésta, ya veremos que otros se le sumarán. Seguro que muchos más. Ese es el precio por la modernidad dicen. Solo una pregunta más: ¿Alguien me cambia de casa por los próximos, digamos… seis meses? ¿Nadie? Una mano al pecho y la otra al llavero derecho pues…