viernes, 30 de mayo de 2008

COMBIS x 3

Ayer, después de leer blogs y de ver que todos están posteando sobre el transporte que usan, con recomendaciones incluidas, se me ocurrió postear también algo parecido. No voy a decir qué transporte uso porque son tres o cuatro líneas que tienen la misma ruta y además no son ómnibuses [Dios me libre] sino coasters. Pero sí voy a contarles sobre estas tres situaciones ‘curiosas’, que me pasaron por usar nuestras queridas combis.

El Incendio
Esto me pasó con unos amigos. Éramos cuatro patas que acabábamos de ver una película en Plaza San Miguel. A la hora de irnos, el ‘más bravo’ de los cuatro dijo: ‘vámonos en combi’ y los otros dos asintieron, menos yo que quería taxi. Cuando pensaba que nos subiríamos a una coaster, los tres se subieron al vuelo a una combi enana [esas con la puerta corrediza] No sé por qué, pero desde un principio me dio mala espina subirme. Para empezar la combi estaba casi vacía, el cobrador y chofer tenían una pinta de cualquier cosa menos de cobrador y chofer y la combi estaba por demás destartalada. Nos sentamos al fondo ocupando todo ese asiento y yo al lado de la ventana. Bueno, ventana es un decir, en realidad era una bolsa plástica.

A medio camino, cuando estaba en mis propios pensamientos mirando por la ‘ventana’, la combi se malogró y en un lugar no muy seguro que digamos. Mientras el cobrador trataba de arreglarla haciendo malabares debajo de un asiento -con la combi ahora llena- yo seguía en mi mundo. En eso toda la gente empezó a gritar: ‘cuidado! la puerta!’ Pensé que eran choros que nos caían encima. Miré hacia delante y vi más humo que discoteca. Mi pata –‘el bravo’- que estaba a mi lado, se paró y casi se tira por mi ventana de plástico. La puerta se abrió y toda la gente salió corriendo por el amago de incendio que el idiota del cobrador había provocado. Menos mal la combi arrancó de nuevo y pudimos irnos [pss.. ya había pagado mi pasaje pe’ compare’]

La Zapatilla
Estudiaba en la UIGV y en mis primeros días recién me acostumbraba a ir hasta San Isidro zona que antes –aunque no lo crean- no conocía. Así fue que un día llegué a subirme a una coaster que no acostumbraba tomar. Como vi que pasaba cerca de mi casa decidí hacer la prueba y embarcarme. Además, punto a su favor era que estaba vacía al momento de subirme por lo que pude sentarme en uno de los asientos del fondo. Grande fue mi terror cuando la combi empezó a llenarse de una manera dantesca con gente incluso colgada del estribo. Haciéndome ánimos, me decía que al llegar cerca a mi casa la combi se vaciaría. Pero nada, la combi seguía igual de llena hasta cuadras antes de bajarme.

Previendo la situación me paré y con mi mochila a la espalda [aún no sabía el truco de ponértela adelante] emprendí mi feroz salida. Levantando pie, agarrando pasamano, pidiendo permiso, punteando gente, jalando mochila [no, no es un paso de baile] Cuando llegué a la puerta, mi pie derecho se había quedado retrasado entre las piernas de la gente y al jalarlo sentí clarito como mi zapatilla se deslizaba por el talón y luego la planta del pie. Lo peor era que el carro estaba frenando y llevándome hacia delante con lo que mi zapatilla se despedía cada vez más de mí. Con un último esfuerzo logré sujetarla con la punta de los dedos y salvarla milagrosamente, al tiempo que el carro se detenía completamente y yo bajaba convertido en un cuasi ceniciento.

La Casaca
Esta es reciente. El año pasado, estudiando ya en el Insti, estaba en la coaster que siempre tomo. Después de unos veinte minutos de viajar parado pude sentarme en un asiento del fondo que se desocupó y, para no perder la costumbre, a mi lado se encontraba una agraciada señorita escuchando música y sosteniendo un libro. Cabe señalar que era pleno invierno y yo andaba con mi casaca de vestir que es una de mis favoritas. En ese entonces acostumbraba poner mi pasaje en el bolsillo interior izquierdo de mi casaca para tenerlo a la mano a la hora de bajarme y no pelearme con los bolsillos de mis jeans. Cuando estaba a medio camino decidí revisar mi bolsillo para ver si tenía las monedas allí, así que abrí mi casaca y me puse a buscar.

Pero no encontraba las monedas. Revisé mis jeans por si acaso me había olvidado de pasarlas pero nada, solo el sencillo sobrante. Volví a mi casaca de nuevo y metí la mano hasta el fondo. Busca. Busca. Aguanta. Que durito está por aquí. Durito. Durito. Pero. Mira. Ahora está blandito. Blandito. Blandito. Porqué está ahora blandito? Giré la cabeza a la izquierda para enterarme el por qué y me topé con una cara de extrañeza total. Mierda. Le estaba agarrando una teta a la chica de al lado [y lo durito eran sus costillas] Lo primero que se me vino a la mente fue decir: ‘perdón’. Saqué la mano al instante, miré al frente y no dije ni hice nada más en todo el trayecto. Al bajar, me di cuenta que las monedas se habían pasado al interior de mi casaca por un agujero.

¿se dieron cuenta que todo esto me pasó por sentarme en el asiento del fondo?
moraleja: no te sientes en el asiento del fondo [a menos que no puedas evitarlo]

15 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo que me doy cuenta es que esta es como la tercera historia en donde le agarras la teta a alguna señorita desprevenida.... hay como una fijación de tu parte, no te parece jajajaja.

Nos leemos.

MuSa AnTiSoCiaL dijo...

verdad no ??? siempre akabas con las manos en las....

Unknown dijo...

caray
me ganaron el comentario
jajajaja, porque será esa fijación mi estimado???

jaja

bso!

Anónimo dijo...

¿Crees que no la sé? Siempre hay que buscar como tantear, y recuerda: El cuerpo humano, con sus cinco extremidades expuestas, es una gran mano.

Eso pasa por usar doble copa.

UIGV, UNFV, Instituto, PUCP me parece... vaya, eres más errante que yo. Corrígeme si me equivoco.

Si quieres ganarte con la vista, te recomiendo irte al otro extremo: Los asientos de adelante, que te permiten ver hacia el otro costado, así checas siempre caritas bonitas y no pierdes la diversión, salvo que te compres un mp4. Adiós!

Carlos Morales dijo...

Una vez confirmo cuan raro eres man XD ...ah no?

1.- Te vas al CINE con cuatro AMIGOS.
2.- Te arrinconas a la ventana con tu amigo al lado
3.- Eres multifacetico...UIGV, UNFV, IPP..
4.- Siempre encuentro la palabra boobie (ya ya, TETA) en tus historias.


Nooo ps...aqui hay algo rarísimo!

Emarts dijo...

En serio brother, debes tener alguna especie de filia a las "boobies". Si tanto te gustan comprate una muñeca inflable o ponle globos a tu perro xD

1000ena dijo...

xD

cada cosa que te paso!

y todos comentn el de las boobies xD

escandalo contigo!

5mentarios xP

saludos :P

El Rojo dijo...

Pero de verdad le agarraste la teta o sólo es una licencia literaria para hacer la historia más interesante?

No sé, me imagino que mínimo una flaca te hubiera metido una cachetada :p

Carlos Morales dijo...

@el rojo: I agree with you...

aloony* dijo...

boobieeeeeesxD

jjajajajajajjaaj

tan d moda las historias de combis^^

Frankie dijo...

Peregrino: cuál tercera? es la segunda! [y última creo :s]

Musa: no siempre.. ya quisiera..

Fiore: fijación?? las dos fueron sin querer queriendo!

Raulín: errante? soy nómada completo!

chOc: broder, raro tú que dices 'boobie' xD

Emarts: damn! ahora quedé como un eeeenfermo..

1000en@: si ps! todos se van por la cochinada siempre x)

El Rojo: no fue una agarrada ps, fue como quien te toca el hombro para pasarte la voz con la punta de los dedos.

chOc: I disagree with you xD

aloony*: sí, falta tu historia para continuar la saga.

Anónimo dijo...

Solo me movilizo en taxis o en carros pasrticulares jajajaja.

Sono creido?
jajaja

Ishua Runa dijo...

No jorobes, hombre; algo similar me sucedió a mí durante el regreso de un paseo, en el tren de San Bartolomé a Lima, por lo menos 30 años atrás y recibí un grito de: ¡Qué le pasa amigo!. Una pulga subversiva se había metido en mi espalda y por perseguirla terminé haciéndole cosquillas a la chica del lado; eran esos vagones que tienen asientos enfrente, yo era solo contra cinco chicas. Sudé frío y casi me hago las pilas; todo por escaparme de los porrazos que se repartían todos los escolares cada vez que el tren cruzaba un túnel...

Dragón del 96 dijo...

En tu anecdota de la zapatilla me pareció leerte decir "cuasimodo ceniciento". Y tuve una extraña figura de ti, Cuasimodo y Cenicienta. Extraño...

Y más raro aún, una criatura como esa, tocándole la teta a alguien.

Slaudos.

Imberbe_Muchacho dijo...

la moraleja seria, "si quieres agarrar tetas andate al fondo de la combi"