martes, 25 de agosto de 2009

EL HABITANTE DE BARBADOS



Ayer al despertarme, después de un fin de semana de tirarme al abandono, me dirigí directamente al baño. Al mirarme en el espejo otro rostro me devolvió la mirada. Ese no era yo. Era otra persona que se parecía a mí. Alguien que se veía diferente que yo. Era el habitante de Barbados.

Esta es una queja contra la existencia de la máquina de afeitar. No es que me queje del todo de su existencia. Qué sería del mundo sin ella. Qué sería de los hombres sin ella. Imagínense todos aún usando navajas para afeitarse o dejándose la barba los que no tienen para comprarse una. La queja es por los efectos que produce en los rostros de los púberes/jóvenes/adultos varones.

Detesto afeitarme. O tratar de afeitarme. Me parece una pérdida de tiempo total. Cinco matutinos minutos –o quizás más- que bien podrían aprovecharse en la cama disfrutando del último ronque, tratando de engancharte con ese sueño que tuviste 10 minutos antes o deseando que sea tu día de la marmota y vuelva a ser domingo esperando escuchar a tu mama cantando el desayuno.

Y digo ‘tratar de afeitarme’ porque aún me afeito mariconamente las partes que supongo debo afeitar –del rostro, por supuesto. Tampoco me gusta afeitarme porque no sé cómo hacerlo. Por más comerciales de Gillette que vea aún no aprendo bien la técnica -si es que hay alguna. Consecuencia de ello es que siempre termine con el mentón y la parte superior del labio irritada.

No recuerdo cuándo, por primera vez, mi rostro sufrió la inclemencia de las hojas de una máquina de afeitar sobre él. Seguro habrá sido alguna mañana que payaseando haya cogido la Schick de mi papá y al tratar de ver su efecto sobre mi imberbe mentón me haya hecho un corte por moverla en forma horizontal. Desde allí, aunque no me guste hacerlo, se ha convertido en rutina matutina.

Y eso que sólo lo hago cada tres o cuatro días.
Imagínense cómo será cuando sea diariamente.

Hace unos días paseando por Wong, una regia anfitriona me regaló la popular máquina de afeitar de tres hojas para una afeitada más al ras y cero irritaciones. Después de probarla el domingo, tengo un aviso a la comunidad que hacer: Amigo blogger, señor, joven que me leen; señorita/esposa que le compra las máquinas al novio/esposo; por favor ¡¡NO COMPREN ESA VAINA!!

Afeitarse con esa cosa es una verdadera tortura china. ¡Por Dios! Sentía que me arrancaba uno por uno los tres pelos que tiene mi barba. De verdad fue una cosa terrible. Casi como arrancarse los pelos de la nariz ¿alguien sabe para qué sirve ese jebe naranja encima de las hojas? ¿eso se saca o se deja ahí? ¿hice mal en sacarlo? ¿por qué se mueve tanto? ¿dónde vienen las instrucciones?

Ya sé, muchos dirán que tenía que ablandar la barba, que tenía que ser con agua caliente, que tenía que ser con crema de afeitar, que para qué le sacaste la banda de goma, que eres una vergüenza para la comunidad masculina de Lima, etc. Pero nica voy a hacer todo un ritual para tener que afeitarme pues. No way. Tengo mejores cosas que hacer en las que perder el tiempo.

Pero tampoco creo que todos sufran el mismo problema. De repente hay algunos que son duchos en la materia y les encanta afeitarse y comprarse productos para antes, durante y después del afeitado; y son felices tomándose su tiempo haciéndolo, disfrutando de su viril momento máquina en mano y rostro enjabonado. Pero no pues. A mí no me gusta tener que afeitarme. Punto. Y no me digan gay por eso.

martes, 18 de agosto de 2009

FAK, SOY WIKIPEDIA




Y el artículo destacado del día es...



pd1. twitter no es bruno pinasco de chiquito?
pd2. deviantart me recuerda a aloony*
pd3. y google a percy weasley.

martes, 11 de agosto de 2009

WE'RE THE DANCERS

No sé ustedes, pero yo no puedo dejar de reírme cada vez que veo este vídeo [por más que ya sean más de veinte veces que lo vea] Si alguno ya lo vió en vivo y en directo, pues es momento de volver a reír y alegrarse el día. Si no, bueno, aquí está tu oportunidad.



Y ahora, después de reírme por enésima vez, tengo que retirarme a mis aposentos sin más, porque tengo un dolor en la espalda-brazo-hombro que no sé de dónde salió pero que me está matando al estar aquí sentado frente a la compu.

Insisto, necesito una laptop para escribir desde mi cama. Urgente. ¿Alguien tiene una que le sobre por ahí para que me la regale? ¿Nadie?


pd. ¿se dieron cuenta que soy fan de snl?

viernes, 7 de agosto de 2009

EL TELÉFONO SOLITARIO


Esta es la historia del Teléfono Solitario. Un Sony Ericsson que pasa sus horas de vida esperando por compañía que le haga el favor de comunicarse con él.

Vino a la luz en reemplazo de otro teléfono tan solitario como él, que pasó a otras manos pero que seguro le brindó el trato que se merecen teléfonos de su especie: recibir llamadas, enviar SMS, tomar fotos, salir a la calle, golpearse, rayarse, ensuciarse… ser un teléfono de verdad.

Este no. Este es aún un dummy de stand, un modelo para exhibir, un teléfono para vender. El tiempo no pasa por él. Los dedos tampoco, las aplicaciones, los flasheos, los porrazos o las pérdidas. A pesar del tiempo transcurrido, todavía es inmune al ambiente que lo agobia y lo rodea.

Está punto de cumplir dos años de vida pero aún mantiene las cubiertas de cuando por primera vez salió de su empaque. Aún mantiene la pantalla inmaculada y las juntas libres de polvo. La base sin rayas y la pintura sin pelar. Aún se le ve como si fuera recién adquirido y salido de la tienda.


En un primer momento se le llenó con contactos. Pocos, pero eran. Sin embargo, con el tiempo, contrariamente a lo razonablemente pensado, estos no aumentaron. Ahora mantiene contactos cuyos teléfonos ya pasaron a mejor vida, nombres que no significan nada, números que ya no son.

Se prende tarde, pues sabe que en las mañanas no está para nadie, aunque en realidad es porque nadie está para él. En las noches se mantiene despierto hasta tarde, manteniendo la esperanza que una llamada equivocada se cruce en su camino. Casi siempre, se apaga minutos después.

Para cuidar su apariencia se le colocó un protector de plástico transparente. Un armatoste terrible. No se veía bien. No se sentía bien. Una bolsa de plástico –como la envoltura con la que vino– podría hacer mejor la misma tarea. Una cinta para la mano se le añadió meses después. Mucho mejor.


Hace dos meses no recibe llamadas que no sean equivocadas o timbradas de teléfonos públicos. Los únicos mensajes que arriban a su bandeja son para recordarle que enviando un SMS al 500 puede concursar por un Wii, un LCD de 32’’ y $500 en efectivo. Vive en el pasado con sus mensajes antiguos.

Mensajes de hace años, meses, saludos de cumpleaños, de navidad, de año nuevo. Cadenas de ‘ayer atropellaron a una prostituta en la avenida arequipa. estoy preocupado por ti’ o ‘el gallo tiene su encanto, el burro su talento. en menos de lo que canta un gallo tendrás la del burro adentro’.

Agradece tener una memoria de 1Gb dentro de él, pues así se siente menos solitario con las 200 canciones que habitan en su interior, con los temas que varían su interface cada mes, con el ringtone de ‘I killed Sirius Black’ y con los juegos con los que entretiene a los fans de Guitar Hero SP3.

Esa es la vida de este teléfono. Una vida a la que ya está acostumbrado. Una vida a la que ya se resignó. No ve un futuro prometedor para él. No en mucho tiempo. Pero se mantiene, lo soporta, aprende a vivir con su soledad. Porque él siempre será: El Teléfono Solitario... Hi–yo, Sony!

martes, 4 de agosto de 2009

TRES MESES DESPUÉS

Ayer, después de pasar más de tres meses perdido en una zona agreste, indómita, apartada, olvidada, incomunicada y cuasi macondiana, volví a mi hogar. A este frío de Lima con su cielo color panza de burro y sus ladrillos naranjas y sus pistas barrosas y sus paredes chorreadas y sus mañanas nubladas y sus garúas finitas y sus tonos de grises por todas partes.

¿Qué fue de mí? ¿Que dónde estuve? Como ya dije, en un lugar inhóspito y abandonado donde las comunicaciones no están tan desarrolladas que digamos. Donde la televisión solo capta tres canales [menos mal pude ver el final de la hija del mariachi] y donde solo llegan tres periódicos regionales y encima, uno es de deportes [menos mal ya conseguí los Batman Hush que me faltaban]

No me puedo quejar de donde estuve. Prácticamente la pasé sin hacer nada demandante. Bueno en realidad sí hice cosas… ya, okey, en realidad no hice nimier. Pero yo no elegí ir sino que me mandaron; ni tampoco me exigieron que vaya sino que me necesitaron. Así que no puedo quejarme de mis ‘vacaciones forzadas pagadas por obligación mutua de acuerdo con ambas partes’.

Pero como todo tiene su final, nada dura para siempre, llegó el momento de regresar de mi exilio. Fue así que un equipo comandado por Jack Bauer e integrado por Solid Snake, Don Pedrito [para darle de comer a la tropa] y Tongo [porque Tongo siempre está en todos lados] fue a mi rescate en operación encubierta, encontrándome para mala/buena suerte en plena bomba en una fiesta patronal la cual ellos tampoco quisieron desaprovechar.

Una mañana –una semana después– mientras Tongo ya cantaba La Pituca en tayikistanés, Jack y Solid se agarraban a ruletazos con pistolas cargadas y Don Pedrito preparaba el tacu–tacu resaquero de ley, me entró la razón y les dije: ‘Muchachos, ha llegado el momento que cumplan la misión que han venido a hacer, así que mejor nos vamos yendo antes que nos acordemos dónde estamos y nos queramos quedar’. Sin mucho más que discutir, salimos a la pista más cercana y tomamos el primer ómnibus a Lima.


no, no es un centro de desintoxicación ni una colonia nudista


Llegando a Lima tuve que ponerme al día en muchas cosas. La primera de ellas, revisar los cuchocientos mil mensajes de twitter, facebook, hi5, blogs, cbox, mail, youtube, cholotube, etc. que tenía desperdigados a la espera de ser atendidos. Desde aquí quiero agradecer a los que se preocuparon por mí y por mi incierto paradero [y gracias Fiore por el saludo de cumpleaños =)]

En segundo lugar, me fui volando al cine antes que quiten la versión subtitulada de HP6 de todas las carteleras locales y dejen solo la versión doblada que no me vacila para nada. Y en tercer lugar, me metí a jugar los 30 códigos que guardaba con ansias de mis bolsitas de piqueo snax –que había comido durante estos tres meses– pero encontré que la promoción ya había terminado. Owned.

Guardando lo mejor para el final, entré al G-Reader para toparme con las cantidades industriales de posts que tendría sin leer. Eran más de 300. ¡Y eso que esperaba muchos más! Pero me di con la sorpresa que a varios también les entró la pereza y dejaron de postear regularme durante este tiempo. ¿Sí o no Franco? No te hagas la loca MaiaVane. Y tú tampoco digas nada chOc. xD

En fin. Otra vez aquí y otra vez a adaptarse al estilo de vida de siempre, con las prisas de la civilización, la basura, la contaminación, el tráfico, los choros, la gripe ‘porciúncula’, despertarse temprano, buscar trabajo [aghh! alguien tiene una chambita que le sobre por ahí?], buscar a los amigos, salir de fiesta, trago, diversión, mujeres, …aguanta, eso último no es motivo de queja.

Simplemente, lo único importante y que me alegra en este momento, es regresar a mi escritorio y a mi compu para volver a escribir, mientras Alessandra Zignago me mira desde el calendario.