miércoles, 28 de octubre de 2009

VALOR


¿Y cuál es el problema? Si yo también me la como doblada.





miércoles, 21 de octubre de 2009

A LA POSTA NO VOY MÁS



Ayer se cumplió aproximadamente un año que no piso un hospital, clínica, posta, centro de salud, consultorio bamba, etc. es decir cualquier lugar donde se diga que practican la medicina. Y es que uno de mis tantos traumas es que no me gusta ir a hospitales. Por ello trato en lo posible de no enfermarme y las pocas veces que me pongo mal, en casos extremos… bueno pues, gracias por existir, automedicación.

Fue hace un año que una tarde estando listo para irme a estudiar me levanté de mi cama y sentí un terrible mareo, náuseas, adormecimiento de extremidades, dificultad para respirar, visión borrosa, pérdida de la audición, en pocas palabras estuve a nada de desmayarme. Si no lo hice fue porque mantuve la calma para no alterar a mi hermano que ya estaba a punto de agarrarme a cachetadas.

Después de recostarme nuevamente en mi cama e inhalar alcohol por un rato, llegó mi mamá y por más que le decía que ya me sentía mejor y que ya se me había pasado, insistió en llevarme a la posta de salud más cercana. Fue así como se rompió mi anterior récord que ya iba por más de un año según mis cálculos. El diagnóstico: un simple vahído por levantarme muy rápido según el doctor-estudiante-practicante.

De niño no era tanto el trauma con los hospitales. Al contrario me gustaba que sean tan amplios y tan fáciles de pasear. Aún recuerdo como me paseaba de lado a lado en el Policlínico Pizarro cuando me llevaban a Pediatría con sus dibujos de Disney pintados en la pared. O caminar y caminar sin ser detenido por nadie en el Hospital Almenara en una de las tantas compañías a las citas de mi hermano.

Lo que me empezó a traumar es la cantidad de gente, enfermos, microbios, gérmenes, bacterias, virus y enfermedades que están pululando por esos ambientes. Solo Dios sabe quién se habrá sentado en esa silla o apoyado en esa pared antes que tú en la sala de espera; o qué habrá sido tosido, estornudado, vomitado, salpicado, derramado o dilatado en uno de los tantos consultorios sin ventilación.

Lo peor de todo fue arañarme una vez en la baranda de una escalera. Al ver ese trozo de fierro oxidado y la pequeña punta que sobresalía de él y que había rasguñado mi mano me entró un pánico de no ser el primero en haber sufrido el mismo accidente. ¿Qué peste estaría ahora en mi torrente sanguíneo listo para empezar a hacerme mierda? Creo que esa fue la última visita al Almenara que recuerde.

No creo ser hipocondriaco. Al contrario, detesto todo lo que tenga que ver con enfermedades y esas cosas. Odio cuando empieza el tema tan recurrente en casa entre mis padres y mi hermano de quién está enfermo, de qué y qué pastillas son mejores para ello. No busco enfermedades en Internet ni veo Discovery Health. Me basta con ser fan de ER y lo que veía en Dr. House -hasta que se puso aburrido.

Y lo que es más importante. Si alguien tiene una enfermedad grave o terminal ¡por favor no me lo digan! Menos si el enfermo soy yo. Y es que tengo la creencia de que cuando uno se entera de qué está enfermo se muere más rápido. Sí, ya sé. Creepy.

miércoles, 7 de octubre de 2009

EL ATAQUE DE LOS BOTS



Ayer me instalé cómodamente en la silla frente a mi computadora [en realidad no cómodamente pues a esta silla ya se le desapareció la esponja de lo vieja que está] para mi dosis diaria de internet. Eran aproximadamente las 5 de la tarde y al iniciar el Messenger apareció un mensaje que indicaba 17 nuevos correos en mi bandeja. Había empezado el ataque de los bots.

La primera señal de alerta empezó hace algunas semanas. Había días en los que aparecían en mi bandeja entre cinco y siete spam bots como ‘comentarios’ en este blog. Quizás los hayan visto o recibido, pero eran un texto en chino todo linkeando a sabe Dios dónde, pues nunca me atreví a darle click ni siquiera estando en una cabina. Ante esos casos, solo me quedaba borrarlos uno por uno.

Pero la cosa empezó a ser cada vez más seguida. En los últimos tres posts empecé a recibir ‘comentarios’ de estos spam bots no solo en esas entradas sino en las anteriores también. En el penúltimo post, por ejemplo, el bot llegó a spamear incluso entradas de principio de año. Confiando en que esto solo era algo temporal, seguía borrándolos hasta el día de ayer, que se desató el ataque masivo.

Después de sorprenderme de tener tantos mensajes sin estar siguiendo una cadena de conversación, fotos o comentarios por correo y sin tener post nuevo para ser comentado, me encontré en la bandeja de entrada con el bot llenándomela de ‘comentarios’. Candelejonamente supuse que el ataque había terminado pero al ver la data comprendí que este recién empezaba.

La hora y fecha eran actuales. El ataque se estaba cometiendo en ese instante y por casualidad o destino, estaba siendo testigo de él. Fue así que los avisos del Messenger empezaron a aparecer indiscriminadamente en la parte inferior derecha de mi escritorio indicándome nuevos mensajes del bot. No sabía qué hacer en ese instante. ¿Cerrar el blog? ¿Apagar la compu? ¿Llamar a la policía?

Fue en un momento de lucidez que me acordé de un antiguo enemigo. Uno por el que había declarado animadversión pública y le había declarado la guerra. Estando ante una situación tan crítica era tiempo de tomar medidas drásticas. Tuve que recurrir a los captchas. Aún dudando si era lo correcto hacer este pacto con el Diablo, busqué en Blogger como activar esta opción en los comentarios.

Para cuando por fin pude localizar y activar los captchas, el ataque ya había terminado. Actualizando mi bandeja descubrí la magnitud de este. 27 comentarios spam bot habían inundado el blog en 27 post distintos, incluidos algunos del año pasado [!] Mientras los borraba esperaba que sea la última vez que lo hiciera y que ojalá haya tomado la decisión correcta al aliarme con mi enemigo.

Es por esta razón que lamento anunciar que a partir de hoy los comentarios tendrán que responder un captcha para ser enviados. Es una medida molesta pero necesaria para no perjudicar el orden del blog. Espero que sea solo temporal. ¿Cuál es la única buena noticia de todo esto? Que a mí no me salen captchas cuando tengo que responder comentarios. No me odien por favor.